Karlee Grey necesitaba dinero y fue a la casa de empeño con la idea clara de conseguirlo a toda costa. El problema fue que nada de lo que tenía para ofrecer de objetos materiales interesaba al comprador Sean Lawless. Pero no estaba todo perdido, su boca, su coño y su cuerpo si le interesaban al golfo vendedor. Quizá podía negociar con él un intercambio de dinero por especias...