La tía estaba buscando guerra, de eso no cabe duda. No te pones a tomar el sol en la piscina de un hotel en toples y con esos movimientos que parece que te estás masturbando... El de mantenimiento pasó por allí y lo vio claro. Se podía jugar el puesto, si le pillaban seguro que lo echaban, pero pagarse un polvo con una tía como esa merecía la pena, había que arriesgarse.