Penelope Kay se había quedado fuera de casa y además en ropa interior fuera de casa y con las llaves dentro. Llamó a un cerrajero para que le abriera la puerta y eso hizo el chico. El problema es que esta gente cobra en efectivo y ella no tenía dinero en casa en ese momento. Había que pagar al chico de algún modo, quizá en especias cabalgado su polla era una buena forma...