A veces hay que asumir este tipo de cosas, es casi mejor consentir que tu mujer se folle a otro delante tuyo, que no hacerlo y que acabes con un buen par de cuernos. Además ver como a la zorra de tu mujer se la folla otro, tiene un punto también muy morboso. La cara de viciosa con la que la tía miraba a su marido mientras el otro se la estaba follando no tiene precio.