Lo que es capaz de hacer esta veinteañera por un simple aumento de sueldo no tiene nombre. La muy guarra echa el pestillo del despacho de su jefe y le come toda la polla, para después ofrecerle su coñito y que este se lo folle a su gusto. Si le sube el sueldo habrá más folladas a este madurito, que tanto disfruta con el coño de su empleada