Y lilly Bell no hace las cosas por casualidad. Si estaba en lencería sexy, se había dejado el coño peludo pero arreglado y se estaba masturbando sabiendo que su colega Ryan Mclane estaba en casa... Vamos que la rubia quería polla seguro. El tío ni lo dudó al entrar al baño y verla. Un coño como ese merecía una buena comida de chocho y una dura follada.