A nadie le viene mal un dinerito extra y a esta repartidora latina menos. Trabaja repartiendo comida a domicilio pero si el cliente quiere comérsela a ella, por una buena propina puede hacerlo. Con lo buena que está y el morbo que da no son pocos los que acaban pagando por sus servicios extras, y ella se lleva un buen extra sueldo y unos buenos orgasmos.